Aquí te va una historia sobre por qué adaptar a ti las técnicas de gestión de tareas.
Imagínate esto.
Vas a empezar un día de trabajo.
Te vistes cómoda, te pones tus gafas, abres la ventana y tienes cerca tu agua para mantenerte hidratada.
Prendes tu computador.
Abres las primeras pestañas: Instagram y Tiktok.
Scrolleas algunos minutos.
Te enteras de chismes de amigas y familiares, ves videos divertidos de perritos y gaticos, y encuentras que tu tienda de skincare favorita está en temporada de descuentos por lo que mentalmente te recuerdas comprar bloqueador solar porque el que estás usando ya está en las últimas.
Vas a parar ahí, pero te aparece una publicidad de una chaqueta que te enamoró, y además de antojarte te distrajo por lo que sin darte mucha cuenta scrolleas un rato más.
Miras la hora y te das cuenta que te quedaste ahí más tiempo del que querías, cierras todo de afán y ahora sí te dispones a trabajar.
Abres otras cuatro pestañas: tu correo, whatsapp web, una aplicación que encontraste recomendada en internet donde haces tus listas de tareas enormes y Google calendar que es tu pastor y nada te falta.
Revisas tu lista de tareas y como casi todos los días, no tienes muy claro cuál hacer primero. Pero recuerdas que alguna vez viste un video de YouTube donde alguien recomendaba empezar con la tarea más difícil. Una técnica que se llama algo así como «comerse el sapo».
Eso haces.
Pero a los 20 minutos te sientes profundamente frustrada porque le sigues dando vuelta las cosas y no has podido empezar. Entonces piensas:
“¿Qué puedo estar haciendo mal?”
“¿Por qué nunca me funcionan las recomendaciones que veo en internet?”
Esta historia es muuuuuy común.
Yo también estuve ahí, al igual que muuuuchas de las personas a las que he acompañado a mejorar la gestión de su vida cotidiana.
Pero ¿por qué te puede costar tanto gestionar tu tiempo y tus tareas?
Quizá porque intentas hacer todo lo que te dicen los demás.
Cuando el secreto es encontrar tus propias formas.
Pero entonces,
¿Cómo adaptar a ti las técnicas de gestión de tareas? 👀
Quédate que te lo cuento.
📋 #1. Reconoce cuál es y cómo cambia tu presupuesto de energía a lo largo del tiempo
Poder adaptar tu gestión de tareas a tus niveles de energía durante el día, la semana, el mes o el año te ayudará a sentirte menos frustrada.
- Identifica cuándo sientes más energía: cuáles son esos momentos en los que puedes hacer tu mejor esfuerzo y afrontar con facilidad lo más difícil, complicado o aburrido.
- Ejemplo: Al inicio de la semana, mitad de la semana, final de la semana, fase preovulatoria o justo al terminar tu periodo menstrual.
- Identifica también cuándo te sientes más cansada: Esos momentos en los que sabes que necesitas bajar las revoluciones, tratarte suave y no exigirte demasiado
- Ejemplo: Al final de la semana, durante tu periodo menstual, durante un conflicto con alguien o ante el dolor físico.
📋 #2. Aprende a identificar cómo funciona tu concentración
Poder adaptar tu gestión de tareas al funcionamiento de tu atención y concentración te permitirá cumplir con tus actividades porque estarás enfocada.
- Reconoce si siempre te cuesta concentrarte y si hay factores internos o externos que te lo dificultan
- Ejemplo: Pensamientos, miedos, creencias, ruidos, luces, hambre, sed, altas o bajas temperaturas.
- Averigua cómo puedes mejorar tu concentración
- Nota: Puedes aprender a identificarlos y gestionarlos mejor en una de las sesiones de exploración y aprendizajes de Vivarium (mi membresía).
- Interésate en tener diferentes opciones para priorizar tus tareas
- Porque no siempre aspectos como la urgencia o la importancia son funcionales. Aquí te cuento por qué.
📋 #3. Descubre las formas en las que encuentras tu motivación
Poder adaptar tu gestión de tareas al funcionamiento de tu motivación y tu interés te permitirá disfrutar las actividades porque entenderás que tienen un sentido.
- Pregúntate qué necesitas para motivarte. Estas son algunas opciones:
- Hacer primero las tareas más fáciles. (Es mi caso y el de muchos otros neurodivergentes)
- Hacer lo más difícil primero. (Es más funcional en neurotípicos)
- Hacer algo que disfrutes antes de algo complicado. (Como escuchar esta playlist que hice como dosis de dopamina)
- Recompensarte al terminar
- Darle espacio intencional a la dispersión en vez de censurarla y castigarte por tender a la desatención.
📋 #4. Construye estrategias para sostener tu motivación
Poder adaptar tu gestión de tareas a lo fluctuante y viva que puede ser tu motivación, te hará posible terminar las actividades porque tendrás claro qué vas a lograr.
- Explora cómo logras realizar una tarea de forma sostenida en el tiempo
- Atendiendo de forma equitativa tus responsabilidades, necesidades y deseos.
- Valorando más los avances que los resultados (aprende más sobre esto aquí)
- Actuando a favor de tu presupuesto de energía
- Creando tus propios acuerdos.
- Por ejemplo, yo he decidido que mi semana empieza el domingo porque así asocio la semana al descanso, el ocio y la libertad y no al trabajo y la rutina. Incluso disfrutando lo que hago. Y a la vez he decidido que los lunes son mi día del menos esfuerzo porque me cuesta ponerme en modo “cumplir responsabilidades”.
- Recordando el porqué y para qué haces lo que haces. Esto es clave para poder hacerle frente a los pendientes incluso cuando se ponen difíciles de resolver.
Estos son los 4 puntos más importantes para poner en práctica, pero a medida que aprendes a conocerte y te intereses más y más en gestionar de forma tranquila y fácil tu vida cotidiana te das cuenta que aparecen muchos otros aspectos a considerar.
Te recuerdo que puedes aprender más sobre la gestión práctica de tu vida cotidiana en las demás entradas de este blog, en mi newsletter, mi podcast y sobre todo, mi membresía.
Un abrazo.
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