Quizá te suena un poco utópico, pero es posible ser responsable sin acudir a sacrificios.
La relación entre la responsabilidad y el sacrificio se ha cultivado por “La cultura del sacrificio” o en inglés “The hustle culture”.
Una mentalidad y un estilo de vida que plantea que la mejor manera de conseguir responder exitosamente a las tareas del día a día es a través del sobreesfuerzo y la sobreexigencia, es decir, sacrificándote buscando ir más allá de tus posibilidades humanas.
Sumarte a este estilo de vida puede llegar a ser muy atractivo porque mediante un discurso aspiracional promete que un día valdrá la pena todo el (sobre)esfuerzo que haces porque verás los resultados.
El problema es que no se es realista con las consecuencias del sobreesfuerzo ni con la importancia del proceso. Esta narrativa cultiva una sensación de culpa ante el descanso haciendo que se naturalice el trabajo excesivo y se llegue a un estado sostenido de agotamiento, angustia y estrés, creando así una insatisfacción constante contigo misma y tu realidad.
Pero entonces, si no es con sacrificio, ¿Cómo más se puede ser responsable?
✳ Reemplazando el sacrificio por autocuidado
El autocuidado es la antípoda (o el extremo opuesto) al sobreesfuerzo.
Cuando logras ver la responsabilidad como un acto de autocuidado aparece más fácilmente tu motivación y en consecuencia, logras cumplir tus acciones en el día a día.
Resignificar el cumplir tus tareas cotidianas de algo maluco, aburrido u obligatorio a una forma de ser más amable contigo en el presente y el futuro te ayudará a poder movilizarte hacia ellas y desear con voluntad hacerlas realidad (incluso si no las disfrutas demasiado).
Estrategias prácticas ✏️:
- Aprende a adaptar las técnicas de gestión de tiempo a tu propio ritmo.
- Programa pausas intencionales durante tu jornada laboral.
- Planea tu semana con espacio para el ocio.
- Encuentra maneras de poner el entorno a favor de tu concentración.
✳ Explorando tus límites
No puedes ser responsable sin conocerte, porque es justo eso lo que te aleja de los sacrificios y los sobreesfuerzos.
¿Por qué? Porque el autoconocimiento es la puerta de entrada para identificar y explorar hasta dónde puedes llegar sin excederte.
Si sabes cómo funcionas, qué necesitas y cómo trabajas de manera que encuentres bienestar, las acciones son esfuerzos que no sobrepasan tus capacidades.
La responsabilidad se fortalece en un entorno realista no sólo con el «qué» hacer sino con cuánto puedes hacer. Teniendo esto claro es posible ser responsable sin sacrificios.
Estrategias prácticas ✏️:
- Aprende a ajustar las expectativas de ti misma y las tareas.
- Encuentra formas de adaptarte a una cotidianidad cambiante.
- Acércate al journaling para explorar tu concentración y tu distracción.
- Descubre estrategias para priorizar y delegar.
✳ Considerando la responsabilidad como una habilidad propia
A veces somos demasiado duras con nosotras mismas y generalizamos una situación puntual a toda nuestra vida, nuestra forma de ser y nuestro comportamiento cotidiano.
Entonces nos decimos que porque una vez no fuimos responsables, ya no lo somos. Nunca, jamás.
La responsabilidad, así como la gestión de tiempo y tareas, es algo que se aprende, se cultiva y se ajusta según el momento.
Eso quiere decir que puede ser una habilidad propia sin que eso signifique que existan momentos en los que no cumplimos con algo. Lo uno no tiene nada que ver con lo otro.
Ver las cualidades como habilidades que se desarrollan y siempre pueden mejorar con el tiempo, aunque también se influyan con el entorno, ayuda a disminuir la presión que nos ponemos a nosotras mismas permitiéndonos sentirnos mejor.
Estrategias prácticas ✏️:
- Piénsate como una aprendiz constante.
- Aprende a ser empática contigo cuando un día no fue tan productivo como querías.
- Cuestiona y pregúntate si es posible que sí seas todo eso que dices no ser.
✳ Entendiendo que los logros son resultados de pequeñas acciones
Los resultados o los logros pueden alcanzarse sin sacrificios enormes y difíciles porque se construyen de pequeñas acciones constantes.
A pesar de que eso también significa que hay que aceptar que los resultados toma tiempo y el camino puede ser complicado, fortalecer esta mentalidad no solo reduce el estrés de tu vida cotidiana y el agobio que puedes sentir al realizar tus tareas del día a día, sino que aprendes valorar más el proceso que el resultado lo cual es mucho más importante y trascendental de lo que parece.
Estrategias prácticas ✏️:
- Intenta encontrar tu propio ritmo de trabajo en vez de vivir de prisa.
- Aprende a definir tareas mínimas viables que sean realistas y viables de lograr.
El proceso de dejar de lado la cultura del sacrificio y el sobreesfuerzo puede ser lento, pero asumirlo con curiosidad y amabilidad contigo misma te permitirá hacer de tu cotidianidad un lugar más sostenible, respetuoso y disfrutable.
Un abrazo.
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